DMT (Dimetiltriptamina) es una molécula psicodélica que se encuentra naturalmente en plantas y animales, incluidos los humanos. A menudo se le llama "la molécula de Dios" debido a los intensos estados de conciencia que puede producir. En este artículo, exploraremos el papel de DMT en la espiritualidad y la religión, así como su uso en la investigación científica y la psicoterapia.
Orígenes de la "molécula de Dios"
El término "molécula de Dios" se popularizó en la década de 1990 después de que el psiquiatra Rick Strassman publicara su libro "DMT: The Spirit Molecule". En el libro, Strassman describe su investigación sobre los efectos de la DMT en la conciencia humana a través de un estudio clínico en el que se inyectaba DMT a los participantes.
Strassman argumentó que los estados de conciencia producidos por la DMT podrían ser responsables de las experiencias religiosas y espirituales de muchas culturas en todo el mundo. La DMT se ha utilizado en ceremonias y rituales de algunas culturas indígenas, incluidas las de la Amazonía y México, durante siglos.
DMT y la espiritualidad
La DMT se ha relacionado con experiencias espirituales y religiosas en todo el mundo. En algunas culturas indígenas, la DMT se usa en ceremonias para conectarse con lo divino y explorar la conciencia. La DMT se ha descrito como una sustancia que permite a los usuarios experimentar estados de conciencia más allá de lo ordinario, como si abrieran una puerta hacia otra dimensión.
En algunas religiones, como la ayahuasca y la Santo Daime, la DMT se usa para conectarse con lo divino y lograr un mayor entendimiento espiritual. La experiencia de la DMT también se ha comparado con la experiencia cercana a la muerte, donde el usuario puede sentirse flotando fuera de su cuerpo y experimentar una sensación de conexión con algo más grande que ellos mismos.
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