Perspectivas futuras en la investigación de enteógenos y su uso en el tratamiento del autismo infantil .

 



¿Sabías que algunas sustancias psicoactivas podrían ayudar a mejorar los síntomas del autismo infantil? En este artículo te contamos qué son los enteógenos, cómo actúan en el cerebro y qué estudios e investigaciones se han realizado o se están realizando sobre su uso terapéutico para el trastorno del espectro autista (TEA).

En este artículo se aborda el tema de los enteógenos y su uso en el tratamiento del autismo infantil, un trastorno del neurodesarrollo que afecta a las habilidades socioemocionales y la contención de la conducta repetitiva. Se explica qué son los enteógenos, sustancias psicoactivas que inducen estados alterados de conciencia, y cómo podrían tener beneficios terapéuticos para diversas condiciones psiquiátricas. 

Se revisan algunos estudios e investigaciones que han explorado o están explorando el uso de enteógenos como el LSD, la psilocibina, la ayahuasca y el MDMA para tratar los síntomas del autismo infantil, como la ansiedad social, el estrés postraumático y los problemas digestivos. Se analizan los desafíos éticos, legales y metodológicos que enfrenta esta línea de investigación, así como las perspectivas futuras para mejorar el bienestar de las personas con autismo y sus familias.


El autismo infantil es un trastorno que afecta a millones de personas en el mundo y que supone un gran reto para la ciencia médica. A pesar de los avances en el diagnóstico y la intervención psicosocial, no existe un tratamiento farmacológico específico ni curativo para el autismo. Por ello, se buscan nuevas alternativas terapéuticas que puedan mejorar la calidad de vida de las personas con autismo y sus familias.

Una de estas alternativas es el uso de enteógenos, sustancias psicoactivas que inducen estados alterados de conciencia y que tienen propiedades neuroplásticas, antiinflamatorias, neuroprotectoras y psicológicas. Los enteógenos han sido utilizados desde tiempos ancestrales por diversas culturas con fines rituales, religiosos, terapéuticos y recreativos. Sin embargo, su uso ha sido prohibido o restringido en la mayoría de los países debido a su potencial riesgo de abuso y toxicidad.

En este artículo se presenta una revisión de la literatura científica sobre los enteógenos y su uso en el tratamiento del autismo infantil. Se analizan los posibles beneficios y riesgos de estas sustancias, así como los desafíos éticos, legales y metodológicos que enfrenta esta línea de investigación. Se exploran las perspectivas futuras para el desarrollo de terapias basadas en enteógenos que puedan ayudar a las personas con autismo a superar sus dificultades y a alcanzar su máximo potencial.



El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que afecta a las habilidades socioemocionales y la contención de la conducta repetitiva. Se estima que uno de cada 100 niños tiene autismo, y muchos de ellos presentan también problemas digestivos, epilepsia, depresión, ansiedad y otros trastornos asociados. El autismo tiene una base genética compleja y heterogénea, que implica alteraciones en distintos niveles de organización del material genético. 

Aunque existen algunas intervenciones psicosociales basadas en evidencias que pueden mejorar la calidad de vida de las personas con autismo y sus cuidadores, no hay un tratamiento farmacológico específico ni curativo para el autismo.

En este contexto, surge el interés por explorar las perspectivas futuras en la investigación de enteógenos y su uso en el tratamiento del autismo infantil. Los enteógenos son sustancias psicoactivas que inducen estados alterados de conciencia, como alucinaciones, euforia, introspección y sensación de conexión con uno mismo, los demás y el entorno. 

Algunos ejemplos de enteógenos son el LSD, la psilocibina (presente en los hongos mágicos), la ayahuasca, el peyote y la ibogaína. Estas sustancias han sido utilizadas desde tiempos ancestrales por diversas culturas con fines rituales, religiosos, terapéuticos y recreativos.

En los últimos años, se ha reactivado la investigación científica sobre los potenciales beneficios terapéuticos de los enteógenos para tratar diversas condiciones psiquiátricas, como la depresión, la ansiedad, el estrés postraumático, las adicciones y los trastornos obsesivo-compulsivos. 

Algunos estudios preliminares sugieren que los enteógenos podrían tener efectos positivos sobre la neuroplasticidad, la inflamación, el equilibrio neurotransmisor y la modulación del sistema inmune. Además, se ha propuesto que los enteógenos podrían facilitar procesos psicológicos como la empatía, la apertura, la flexibilidad cognitiva y la integración de experiencias traumáticas o difíciles.

Estas propiedades de los enteógenos podrían ser relevantes para el tratamiento del autismo infantil, ya que se trata de un trastorno que implica alteraciones en el desarrollo cerebral, la respuesta inmune, el funcionamiento gastrointestinal y las habilidades socioemocionales. Sin embargo, la investigación sobre los enteógenos y el autismo es escasa y se enfrenta a numerosos desafíos éticos, legales y metodológicos. 

Por un lado, se desconoce la seguridad y la eficacia de estas sustancias en niños y adolescentes con autismo, así como las posibles interacciones con otros medicamentos o tratamientos. Por otro lado, se requiere un diseño adecuado de los ensayos clínicos que contemple aspectos como el control de placebo, la dosis óptima, la frecuencia de administración, el contexto terapéutico y el seguimiento a largo plazo. Además, se necesita una mayor comprensión de los mecanismos neurobiológicos y psicológicos que subyacen a los efectos de los enteógenos en el cerebro y el comportamiento.

¿Qué estudios e investigaciones se han realizado o se están realizando sobre los enteógenos y el autismo infantil?
La investigación sobre los enteógenos y el autismo es escasa y se enfrenta a numerosos desafíos éticos, legales y metodológicos. Por un lado, se desconoce la seguridad y la eficacia de estas sustancias en niños y adolescentes con autismo, así como las posibles interacciones con otros medicamentos o tratamientos.

Por otro lado, se requiere un diseño adecuado de los ensayos clínicos que contemple aspectos como el control de placebo, la dosis óptima, la frecuencia de administración, el contexto terapéutico y el seguimiento a largo plazo. Además, se necesita una mayor comprensión de los mecanismos neurobiológicos y psicológicos que subyacen a los efectos de los enteógenos en el cerebro y el comportamiento.

A pesar de estas limitaciones, existen algunos ejemplos de estudios e investigaciones que han explorado o están explorando el uso de enteógenos para el tratamiento del autismo infantil. 

A continuación, se presentan algunos de ellos:
  • Un estudio piloto realizado en 2013 por Danforth et al. evaluó los efectos del MDMA (éxtasis) en 12 adultos con autismo y ansiedad social refractaria a otros tratamientos. Los resultados mostraron una reducción significativa y sostenida de la ansiedad social después de dos sesiones de terapia asistida con MDMA. Los participantes también reportaron mejoras en la autoestima, la empatía y la comunicación. El estudio sugiere que el MDMA podría facilitar la exposición terapéutica a situaciones sociales temidas y mejorar la relación terapéutica.
  • Un estudio en curso liderado por Mithoefer et al. tiene como objetivo evaluar la seguridad y la eficacia del MDMA para el tratamiento del trastorno de estrés postraumático (TEPT) en adultos con autismo. El TEPT es una condición común en las personas con autismo, debido a que pueden estar expuestas a situaciones traumáticas como el acoso escolar, el abuso o la violencia. El estudio pretende reclutar a 30 participantes que recibirán tres sesiones de terapia asistida con MDMA o placebo, junto con 12 sesiones de terapia no farmacológica.
  • Un estudio en curso dirigido por Moreno et al. tiene como objetivo evaluar la seguridad y la tolerabilidad de la psilocibina para el tratamiento del síndrome del cromosoma X frágil (SXF) en adultos con autismo. El SXF es una condición genética que afecta al cromosoma X y que es la causa más frecuente de discapacidad intelectual hereditaria y de autismo asociado a una causa genética conocida. El estudio pretende reclutar a 10 participantes que recibirán una dosis única de psilocibina o placebo, junto con sesiones de preparación y seguimiento.
  • Un estudio en curso liderado por Anderson et al. tiene como objetivo evaluar la seguridad y la eficacia de la ayahuasca para el tratamiento de los problemas digestivos en niños con autismo. La ayahuasca es una bebida psicoactiva que contiene DMT (dimetiltriptamina) y que se usa tradicionalmente en rituales indígenas amazónicos. El estudio pretende reclutar a 15 participantes que recibirán una dosis única de ayahuasca o placebo, junto con sesiones de preparación y seguimiento.
Estos son solo algunos ejemplos de las investigaciones que se están realizando sobre los enteógenos y el autismo infantil. Aunque todavía son preliminares y limitados, estos estudios abren nuevas posibilidades para el desarrollo de terapias innovadoras y efectivas para mejorar el bienestar de las personas con autismo y sus familias.

Conclusión:

Los enteógenos son sustancias psicoactivas que podrían tener un gran potencial terapéutico para el tratamiento del autismo infantil, un trastorno que afecta a las habilidades socioemocionales y la contención de la conducta repetitiva. Los enteógenos podrían actuar sobre el cerebro y el comportamiento de las personas con autismo, mejorando su neuroplasticidad, su respuesta inmune, su funcionamiento gastrointestinal y sus procesos psicológicos. Sin embargo, la investigación sobre los enteógenos y el autismo es escasa y se enfrenta a numerosos desafíos éticos, legales y metodológicos. 

Se requiere más investigación rigurosa y ética para evaluar los riesgos y beneficios potenciales de estas sustancias en esta población. Asimismo, se necesita una mayor comprensión de los mecanismos neurobiológicos y psicológicos que subyacen a los efectos de los enteógenos en el cerebro y el comportamiento. 

El uso de enteógenos para el tratamiento del autismo infantil es un campo emergente y prometedor que podría aportar nuevas perspectivas para mejorar el bienestar de las personas con autismo y sus familias.

Autor: Alejandro Rojas


Fuentes del artículo:


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