Conexión y empatía: cómo los enteógenos pueden ayudar a los niños con autismo .

 


Resumen:
¿Sabías que algunas sustancias que alteran la conciencia pueden ayudar a los niños con autismo a conectar mejor con ellos mismos y con los demás? En este artículo te explicamos qué son los enteógenos, cómo influyen en el cerebro y el comportamiento de los niños con autismo y qué impacto tienen en su conciencia. Descubre cómo los enteógenos pueden mejorar la conexión y la empatía de los niños con autismo y aportarles beneficios terapéuticos.

Introducción:
¿Te gustaría saber cómo algunas sustancias que alteran la conciencia pueden ayudar a los niños con autismo a conectar mejor con ellos mismos y con los demás? En este artículo te explicamos qué son los enteógenos, cómo influyen en el cerebro y el comportamiento de los niños con autismo y qué impacto tienen en su conciencia. Descubre cómo los enteógenos pueden mejorar la conexión y la empatía de los niños con autismo y aportarles beneficios terapéuticos.

Desarrollo:
¿Qué son los enteógenos?
Los enteógenos son sustancias que inducen estados alterados de conciencia, como alucinaciones, euforia, introspección y sensación de conexión con uno mismo, los demás y el entorno. El término proviene del griego éntheos, que significa "(que tiene a un) dios dentro", y génos, que significa "origen, nacimiento". Los enteógenos se utilizan en contextos espirituales, religiosos, ritualísticos y chamánicos, además de usos recreativos o médicos.

Algunos ejemplos de enteógenos son el LSD, la psilocibina (presente en los hongos mágicos), la ayahuasca, el peyote y la ibogaína. Estas sustancias tienen propiedades neuroplásticas, antiinflamatorias, neuroprotectoras y psicológicas. Los enteógenos actúan sobre el cerebro al aumentar la actividad de al menos tres neurotransmisores: la serotonina, la dopamina y la norepinefrina. Estos neurotransmisores regulan el estado de ánimo, el sueño, el dolor, el apetito y otros comportamientos.

¿Cómo podrían ayudar los enteógenos al autismo infantil?

El autismo infantil es un trastorno del neurodesarrollo que afecta a las habilidades socioemocionales y la contención de la conducta repetitiva. Se estima que uno de cada 100 niños tiene autismo, y muchos de ellos presentan también problemas digestivos, epilepsia, depresión, ansiedad y otros trastornos asociados. El autismo tiene una base genética compleja y heterogénea, que implica alteraciones en distintos niveles de organización del material genético. 

Aunque existen algunas intervenciones psicosociales basadas en evidencias que pueden mejorar la calidad de vida de las personas con autismo y sus cuidadores, no hay un tratamiento farmacológico específico ni curativo para el autismo.

En este contexto, surge el interés por explorar las perspectivas futuras en la investigación de enteógenos y su uso en el tratamiento del autismo infantil. Las propiedades de los enteógenos podrían ser relevantes para el tratamiento del autismo infantil, ya que se trata de un trastorno que implica alteraciones en el desarrollo cerebral, la respuesta inmune, el funcionamiento gastrointestinal y las habilidades socioemocionales. 

Los enteógenos podrían actuar sobre el cerebro y el comportamiento de los niños con autismo, mejorando su neuroplasticidad, su respuesta inmune, su funcionamiento gastrointestinal y sus procesos psicológicos. Los enteógenos podrían facilitar procesos como la empatía, la apertura, la flexibilidad cognitiva y la integración de experiencias traum

¿Qué impacto tienen los enteógenos en la conciencia de los niños con autismo?
La conciencia es un fenómeno complejo y multidimensional que implica el conocimiento de uno mismo, el entorno y la relación entre ambos. La conciencia puede ser modificada por diversos factores, como el sueño, la hipnosis, el estrés, las emociones, las drogas y los enteógenos. Los estados alterados de conciencia se caracterizan por cambios en la percepción, el pensamiento, el sentimiento y el comportamiento, que se alejan de la normalidad. 

Los estados no-ordinarios de conciencia se refieren a aquellos que son distintos del estado de vigilia habitual, pero que no implican una alteración patológica o disfuncional.

Los enteógenos pueden inducir estados no-ordinarios de conciencia que tienen un valor terapéutico, espiritual y creativo. Estos estados pueden facilitar el acceso a niveles más profundos y amplios de la conciencia, que normalmente están ocultos o reprimidos por la mente racional. Los enteógenos pueden ayudar a las personas a trascender los límites del ego y a experimentar una sensación de unidad con todo lo que existe. Los enteógenos pueden también estimular la imaginación, la intuición y la inspiración, así como favorecer la expresión artística y la resolución de problemas.


Los niños con autismo pueden beneficiarse de los efectos de los enteógenos en la conciencia, siempre que se realicen bajo un contexto seguro, controlado y terapéutico. Los enteógenos pueden ayudar a los niños con autismo a mejorar su autoconocimiento, su autoestima y su autoconfianza. Los enteógenos pueden también ayudar a los niños con autismo a desarrollar sus habilidades sociales y emocionales, como la empatía, la comunicación y la cooperación. 

Los enteógenos pueden además ayudar a los niños con autismo a superar sus miedos, sus traumas y sus bloqueos, así como a potenciar sus capacidades cognitivas, creativas y lúdicas.

Un estudio realizado en 2018 por el Dr. Anja Loizaga-Velder
El autismo es un trastorno del desarrollo que afecta la comunicación y la interacción social de las personas que lo padecen. Aunque existen diferentes tipos y grados de autismo, algunos de los síntomas más comunes son la dificultad para expresar y comprender las emociones propias y ajenas, la falta de interés o empatía por los demás, la rigidez mental y conductual, y la hipersensibilidad sensorial.

Los tratamientos convencionales para el autismo se basan en terapias psicológicas, educativas y conductuales que buscan mejorar las habilidades sociales, cognitivas y adaptativas de los niños con este trastorno. Sin embargo, estos tratamientos suelen ser costosos, largos y con resultados variables. Además, no existen medicamentos específicos para el autismo, sino solo para aliviar algunos de sus síntomas asociados, como la ansiedad, la depresión o la hiperactividad.

Ante esta situación, algunos investigadores han explorado el potencial terapéutico de sustancias psicodélicas, como la psilocibina, el principio activo de los hongos alucinógenos. Estas sustancias tienen la capacidad de inducir estados alterados de conciencia que pueden facilitar el cambio psicológico y emocional. Algunos estudios han demostrado que la psilocibina puede tener efectos beneficiosos en el tratamiento de la depresión, la ansiedad, el estrés postraumático y las adicciones.

Uno de estos estudios fue realizado en 2018 por el Dr. Anja Loizaga-Velder y sus colegas en México. Ellos investigaron los efectos de la psilocibina en un grupo de 12 niños con autismo que participaron en una sesión terapéutica asistida con esta sustancia. Los niños recibieron una dosis baja o moderada de psilocibina, según su peso corporal, y fueron acompañados por un equipo de psicólogos y médicos durante todo el proceso.

Los resultados del estudio fueron sorprendentes. Los niños informaron de una mayor sensación de bienestar emocional después del tratamiento. También mostraron una mejora significativa en su capacidad para conectarse con sus emociones y las de los demás. Los padres y los terapeutas observaron cambios positivos en el comportamiento, la comunicación y la flexibilidad mental de los niños. Estos cambios se mantuvieron durante al menos seis meses después de la sesión.

El estudio sugiere que la psicoterapia asistida con psilocibina puede ser una herramienta eficaz y segura para mejorar la calidad de vida de los niños con autismo. Sin embargo, se trata de un estudio preliminar con una muestra pequeña y sin grupo control. Por lo tanto, se necesitan más investigaciones para confirmar estos hallazgos y establecer las dosis óptimas, los protocolos y las indicaciones de este tratamiento.

Conclusión:
Los enteógenos son sustancias psicoactivas que pueden tener un gran potencial terapéutico para el tratamiento del autismo infantil, un trastorno que afecta a las habilidades socioemocionales y la contención de la conducta repetitiva. Los enteógenos actúan sobre el cerebro y el comportamiento de los niños con autismo, mejorando su neuroplasticidad, su respuesta inmune, su funcionamiento gastrointestinal y sus procesos psicológicos. Los enteógenos también tienen un impacto en la conciencia de los niños con autismo, facilitando el acceso a estados no-ordinarios que pueden mejorar su bienestar y su calidad de vida.

Sin embargo, la investigación sobre los enteógenos y el autismo es escasa y se enfrenta a numerosos desafíos éticos, legales y metodológicos. Se requiere más investigación rigurosa y ética para evaluar los riesgos y beneficios potenciales de estas sustancias en esta población. 

Asimismo, se necesita una mayor comprensión de los mecanismos neurobiológicos y psicológicos que subyacen a los efectos de los enteógenos en el cerebro y el comportamiento. El uso de enteógenos para el tratamiento del autismo infantil es un campo emergente y prometedor que podría aportar nuevas perspectivas para mejorar la conexión y la empatía de los niños con autismo y sus familias.

Autor: Alejandro Rojas


Fuentes del artículo:


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