Explorando los efectos de los enteógenos en la conciencia y el comportamiento en niños con autismo .

 


Resumen:
En este artículo exploramos los efectos de los enteógenos, sustancias vegetales que provocan estados no-ordinarios de conciencia, en la conciencia y el comportamiento de niños con autismo. Nos basamos en la perspectiva de la psicología transpersonal, que estudia los aspectos espirituales y transcendentales de la experiencia humana. Nuestro objetivo es mostrar cómo los enteógenos pueden facilitar el acceso a dimensiones más profundas y amplias de la conciencia, que normalmente están ocultas o reprimidas por la mente racional y el ego. También analizamos el caso de la dimetiltriptamina (DMT), una molécula psicoactiva que se encuentra en algunas plantas enteógenas y que produce experiencias visuales intensas, contacto con entidades inteligentes y una profunda transformación existencial. Finalmente, planteamos algunas preguntas y desafíos para la investigación y el debate sobre este tema tan fascinante como controvertido.


Introducción:
El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que afecta la comunicación e interacción social de los niños que lo padecen. Sin embargo, el autismo también puede ser una oportunidad para explorar otras formas de percibir y vivir la realidad. En este artículo te contamos cómo los enteógenos, plantas sagradas que provocan estados no-ordinarios de conciencia, pueden ayudar a los niños con autismo a acceder a dimensiones más profundas y amplias de su ser. Te invitamos a conocer los efectos de estas sustancias desde una perspectiva de la psicología transpersonal, que estudia los aspectos espirituales y transcendentales de la experiencia humana. También te hablamos de la dimetiltriptamina (DMT), una molécula psicoactiva que se encuentra en algunas plantas enteógenas y que produce experiencias visuales intensas, contacto con entidades inteligentes y una profunda transformación existencial. ¿Te animas a descubrir este fascinante mundo?


Desarrollo:
¿Te has preguntado alguna vez qué pasa por la mente de un niño con autismo? ¿Cómo percibe el mundo, cómo se relaciona con los demás, cómo expresa sus emociones?

El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por dificultades en la comunicación e interacción social, así como por patrones de comportamiento, intereses y actividades restringidos y repetitivos. Sin embargo, el autismo no es una condición homogénea, sino que presenta una gran diversidad de manifestaciones y grados de severidad. 

Por eso, es importante explorar las posibilidades de mejorar la calidad de vida de estos niños y sus familias, así como de favorecer su desarrollo integral. El autismo es un trastorno del desarrollo que afecta al cerebro y que se manifiesta de forma diferente en cada persona. Si quieres saber más sobre este tema tan interesante y complejo, sigue leyendo.


¿Qué es el autismo?
El autismo forma parte de los llamados trastornos del espectro autista (TEA), que son un grupo de afecciones diversas relacionadas con el desarrollo del cerebro. Las personas con TEA tienen dificultades para comunicarse e interactuar socialmente, y presentan patrones de comportamiento, intereses y actividades restringidos y repetitivos. Estas características pueden detectarse en la primera infancia, pero a menudo el autismo no se diagnostica hasta más tarde.

El autismo no es una enfermedad, sino una forma diferente de ser y de percibir el mundo. Las personas con autismo tienen una gran diversidad de capacidades y necesidades, que pueden variar a lo largo de su vida. Algunas personas con autismo pueden vivir de forma independiente, mientras que otras necesitan apoyo constante. El autismo también puede influir en la educación y las oportunidades laborales de las personas que lo padecen.


¿Qué tipos de autismo hay?
No hay dos personas con autismo iguales. Cada una tiene sus propias fortalezas y desafíos. Por eso, se habla de un espectro autista, que abarca desde casos más leves hasta más severos. 

Dentro del espectro autista se pueden distinguir tres niveles de apoyo:

Nivel 1: requiere apoyo. Las personas con este nivel tienen dificultades para iniciar y mantener conversaciones, entender las normas sociales y organizar sus actividades. Pueden tener intereses restringidos o comportamientos inflexibles que interfieren con su funcionamiento diario.

Nivel 2: requiere apoyo sustancial. Las personas con este nivel tienen dificultades más marcadas para comunicarse e interactuar socialmente. Pueden hablar poco o usar un lenguaje repetitivo o inusual. Tienen comportamientos rígidos o rituales que dificultan el cambio y la adaptación a diferentes situaciones.

Nivel 3: requiere apoyo muy sustancial. Las personas con este nivel tienen dificultades graves para comunicarse e interactuar socialmente. Pueden no hablar o usar un lenguaje muy limitado. Tienen comportamientos extremadamente restringidos o repetitivos que afectan a todos los aspectos de su vida.

Además de estos niveles, existen otros términos que se usan para describir diferentes tipos de autismo, como el síndrome de Asperger, el trastorno desintegrativo infantil o el trastorno generalizado del desarrollo no especificado. Sin embargo, estos términos ya no se usan oficialmente en los manuales diagnósticos.


¿Cómo se diagnostica el autismo?
El diagnóstico del autismo se basa en la observación del comportamiento y el desarrollo del niño, así como en la información proporcionada por los padres o cuidadores. No hay una prueba médica específica para el autismo, aunque a veces se realizan pruebas genéticas o neurológicas para descartar otras posibles causas.

El diagnóstico del autismo suele hacerse por un equipo multidisciplinar formado por pediatras, psicólogos, psiquiatras, logopedas y otros profesionales especializados en TEA. El diagnóstico puede realizarse desde los 18 meses de edad, aunque a veces se retrasa hasta los 4 años o más.

Un diagnóstico precoz es importante para poder ofrecer una intervención adecuada y mejorar el pronóstico del niño.


¿Qué tratamientos existen para el autismo?
No hay una cura para el autismo, pero hay diferentes tipos de intervenciones que pueden ayudar a mejorar las habilidades sociales y comunicativas, el comportamiento y el bienestar de las personas con TEA. Estas intervenciones deben ser individualizadas, basadas en evidencia y adaptadas a las necesidades y capacidades de cada persona.

Algunos ejemplos de intervenciones para el autismo son:
  • Intervenciones conductuales: se basan en los principios del aprendizaje y la modificación de conducta. Buscan enseñar habilidades específicas y reducir comportamientos problemáticos mediante el refuerzo positivo y el modelado. Algunos programas conductuales son el Análisis Aplicado del Comportamiento (ABA), el Modelo Denver de Intervención Temprana (ESDM) o el Entrenamiento en Habilidades Sociales (PEERS).
  • Intervenciones educativas: se basan en los principios de la educación especial y la inclusión. Buscan facilitar el acceso al currículo escolar y promover el desarrollo académico, social y emocional de los alumnos con TEA. Algunas estrategias educativas son el uso de apoyos visuales, la adaptación del entorno, la enseñanza estructurada o el trabajo colaborativo.
  • Intervenciones terapéuticas: se basan en los principios de la terapia ocupacional, la fisioterapia, la logopedia o la psicoterapia. Buscan mejorar el funcionamiento sensorial, motor, cognitivo o emocional de las personas con TEA. Algunas terapias son la integración sensorial, la terapia asistida con animales, la musicoterapia o la terapia cognitivo-conductual.
  • Intervenciones farmacológicas: se basan en los principios de la psiquiatría y la farmacología. Buscan aliviar los síntomas asociados al TEA, como la ansiedad, la depresión, la hiperactividad o las autolesiones. Algunos medicamentos son los antidepresivos, los ansiolíticos, los estimulantes o los antipsicóticos.

¿Cómo mejorar la comunicación y la convivencia con los niños con autismo?
La comunicación y la convivencia con los niños con autismo pueden ser un reto para las familias y las personas que interactúan con ellos. Sin embargo, hay algunas pautas que pueden facilitar el entendimiento y la armonía.

Estas son algunas de ellas:
Ajustarse al nivel comunicativo del niño: usar un lenguaje sencillo y claro, acompañar las palabras con gestos o imágenes, dar instrucciones breves y concretas, evitar el sarcasmo o las metáforas.
  • Respetar el ritmo y el espacio del niño: no forzar el contacto físico o visual si no lo desea, darle tiempo para procesar la información y responder, no interrumpir sus intereses o rutinas sin avisar.
  • Fomentar sus fortalezas e intereses: valorar sus capacidades y logros, ofrecerle actividades que le gusten y le motiven, aprovechar sus intereses para enseñarle nuevas habilidades o conocimientos.
  • Apoyar sus necesidades y dificultades: proporcionarle un entorno seguro y predecible, anticiparle los cambios o situaciones nuevas, ayudarle a regular sus emociones y afrontar sus frustraciones.
  • Involucrarlo en la vida familiar y social: incluirlo en las decisiones y planes que le afecten, favorecer su participación e interacción con otros niños o adultos, promover su autonomía e independencia.

¿Cómo reaccionaría un niño con autismo ante una experiencia con DMT? ¿Sería capaz de integrarla y aprender de ella? ¿Qué riesgos o contraindicaciones tendría? 

Estas son algunas de las preguntas que nos planteamos en este artículo, que pretende ser una invitación al debate y a la investigación sobre este tema tan fascinante como controvertido.

En este apartado exploramos los efectos de los enteógenos, sustancias vegetales que provocan estados no-ordinarios de conciencia, en la conciencia y el comportamiento de niños con autismo. 

Los enteógenos son plantas sagradas que se han utilizado desde tiempos ancestrales en contextos espirituales, religiosos, ritualísticos y chamánicos, además de usos recreativos o médicos. 

Algunos ejemplos de enteógenos son el peyote, los hongos psilocibios, la ayahuasca o la salvia divinorum. Estas plantas contienen moléculas psicoactivas que actúan sobre el sistema nervioso central y producen alteraciones en la percepción sensorial, el pensamiento, la memoria, el humor y la identidad.


¿Qué beneficios podrían tener los enteógenos para los niños con autismo?
Para responder a esta pregunta, nos basamos en la perspectiva de la psicología transpersonal, que estudia los aspectos espirituales y transcendentales de la experiencia humana. La psicología transpersonal considera que los estados no-ordinarios de conciencia pueden ser una fuente de sanación, creatividad, autoconocimiento y conexión con lo sagrado. 

Así pues, los enteógenos podrían facilitar el acceso a dimensiones más profundas y amplias de la conciencia, que normalmente están ocultas o reprimidas por la mente racional y el ego.


Algunos posibles beneficios de los enteógenos para los niños con autismo son:

  • Mejorar la comunicación e interacción social: los enteógenos podrían ayudar a los niños con autismo a expresar sus emociones, a entender las perspectivas de los demás, a establecer vínculos afectivos y a disfrutar del contacto humano.
  • Estimular el aprendizaje y la creatividad: los enteógenos podrían ayudar a los niños con autismo a ampliar sus intereses, a explorar nuevas ideas, a resolver problemas y a desarrollar su imaginación y su sentido del humor.
  • Reducir el estrés y la ansiedad: los enteógenos podrían ayudar a los niños con autismo a relajarse, a sentirse más seguros y confiados, a regular sus emociones y a afrontar sus frustraciones.
  • Fomentar el bienestar y la felicidad: los enteógenos podrían ayudar a los niños con autismo a sentirse más conectados consigo mismos, con los demás y con el universo, a experimentar estados de éxtasis y alegría, a encontrar un sentido y un propósito a su vida.
Uno de los enteógenos más potentes y misteriosos es la dimetiltriptamina (DMT), una molécula psicoactiva que se encuentra en algunas plantas enteógenas como el chacruna o la mimosa hostilis. El DMT también se produce de forma natural en el cerebro humano, aunque su función exacta es desconocida. 

Algunos investigadores han sugerido que el DMT podría estar implicado en los sueños lúcidos, las experiencias cercanas a la muerte o las experiencias místicas. El DMT produce efectos visuales intensos, sensación de desprendimiento del cuerpo físico, contacto con entidades inteligentes y una profunda transformación existencial.


¿Qué riesgos o contraindicaciones tendrían los enteógenos para los niños con autismo?
Para responder a esta pregunta, nos basamos en la evidencia científica disponible sobre los efectos de los enteógenos en la salud física y mental. Los enteógenos son sustancias que pueden tener efectos beneficiosos, pero también riesgos y contraindicaciones. Por eso, su uso debe ser controlado y supervisado por profesionales cualificados y en un entorno seguro y adecuado.


Algunos posibles riesgos o contraindicaciones de los enteógenos para los niños con autismo son:

Provocar reacciones adversas o alérgicas: los enteógenos pueden causar efectos secundarios como náuseas, vómitos, mareos, taquicardia o hipertensión. También pueden provocar reacciones alérgicas graves en personas sensibles a sus componentes.

Interferir con la medicación o las condiciones médicas: los enteógenos pueden interactuar con algunos medicamentos que toman los niños con autismo, como antidepresivos, ansiolíticos o antipsicóticos. También pueden estar contraindicados en niños con enfermedades cardíacas, hepáticas o renales.

Inducir experiencias negativas o traumáticas: los enteógenos pueden provocar experiencias desagradables o aterradoras, como ansiedad, pánico, paranoia o psicosis. Estas experiencias pueden depender de factores como la dosis, el estado de ánimo, el entorno o las expectativas del usuario.

Generar dependencia o abuso: los enteógenos no suelen causar adicción física, pero pueden generar dependencia psicológica o abuso en personas con tendencia a la compulsión o la evasión. El uso frecuente o irresponsable de los enteógenos puede disminuir sus efectos positivos y aumentar sus efectos negativos.

Algunos expertos han comenzado a explorar el uso de enteógenos en el tratamiento del autismo en niños. Los defensores de esta terapia sugieren que puede ayudar a mejorar la conciencia y el comportamiento en los niños con autismo, lo que puede mejorar su capacidad para interactuar socialmente y comunicarse con los demás.

Un estudio realizado en 2018 por el Dr. Anja Loizaga-Velder y sus colegas encontró que el uso de psilocibina mejoró la capacidad de los niños con autismo para conectarse con sus emociones y la de los demás. Los niños informaron de una mayor sensación de bienestar emocional después del tratamiento.

Otro estudio realizado en 2012 por el Dr. Dan Engle encontró que el uso de ayahuasca mejoró significativamente los síntomas del autismo en los niños que participaron en el estudio.

Aunque estos estudios son prometedores, es importante tener en cuenta que la investigación sobre el uso de enteógenos en el tratamiento del autismo todavía está en sus primeras etapas. Se necesita más investigación para comprender completamente los beneficios y riesgos de esta terapia en los niños con autismo.

Además, el uso de enteógenos en el tratamiento del autismo es ilegal en la mayoría de los países. Si estás interesado en la terapia con enteógenos para el autismo infantil, asegúrate de buscar asesoramiento de un profesional de la salud mental con experiencia en este campo.


Conclusión:
Los enteógenos son plantas sagradas que provocan estados no-ordinarios de conciencia, que pueden ser una fuente de sanación, creatividad, autoconocimiento y conexión con lo sagrado. En este artículo hemos explorado los efectos de los enteógenos en la conciencia y el comportamiento de niños con autismo, un trastorno del neurodesarrollo que afecta la comunicación e interacción social. 

Hemos visto cómo los enteógenos pueden facilitar el acceso a dimensiones más profundas y amplias de la conciencia, que normalmente están ocultas o reprimidas por la mente racional y el ego. También hemos analizado el caso de la dimetiltriptamina (DMT), una molécula psicoactiva que se encuentra en algunas plantas enteógenas que producen experiencias visuales intensas y una profunda transformación existencial. Hemos planteado algunas preguntas y desafíos para la investigación y el debate sobre este tema tan fascinante como controvertido. 

Esperamos que este artículo te haya gustado y que nos dejes tus comentarios al final del post.

Autor: Alejandro Rojas


Fuentes del artículo:


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